
Por: Luis Fernández
El pasado 16 de Noviembre el pueblo ecuatoriano convocado por el gobierno de ese pais, acudió a las urnas a un referéndum constitucional y consulta popular para aceptar o rechazar, la instalación de bases militares extranjeras en su territorio, la eliminación del financiamiento estatal a movimientos y partidos politicos, la reducción del número de asambleístas y la instalación de una nueva constituyente para redactar una nueva constitución.
El referendum se realizó en base a 4 preguntas, la primera pregunta se refería a si el gobierno debería permitir la instalación de bases militares de otros países en el Ecuador, la segunda pretendía suprimir la obligación del Estado con el financiamiento estatal permanente a partidos y movimientos que desde hace años reciben recursos a través del fondo partidario permanente y el de promoción electoral.
La tercera buscaba reducir drásticamente la asamblea nacional, de los actuales 151 escaños a 73, con nuevos criterios de asignación por población y la cuarta planteaba consultar a la ciudadanía si quería convocar una Asamblea Constituyente de 80 miembros, con un estatuto específico para redactar una nueva Constitución que luego debía someterse a referéndum.
A todas estas preguntas el pueblo ecuatoriano dando un ejemplo de dignidad, le dio un contundente no a pesar de que todas las encuestas estaban a favor del si y del oficialismo, la realidad fué que las mayorías del pueblo de ecuador se expresaron, rechazando el proyecto personalista y autoritario del presidente Noboa, sus intentos de concentración de poder e imponer cambios apresurados.
Este referendum de Noviembre, recuerda uno anterior convocado por el presidente Guillermo Lasso en el 2023, había 8 preguntas para reformar varios aspectos de la constitucion del 2008, pero igual que ahora todas fueron rechazadas por los votantes, estos reveses tanto el del 2023 cómo este del 2025, reflejan una resistencia ciudadana a cambios estructurales y constitucionales sin un respaldo social real.
Este referendum del 2025 ha dejado varias lecciones importantes para la lucha social de los pueblos latinoamericanos, la mas relevante es que la unidad de las fuerzas sociales, colectivos ecologistas, partidos politicos progresistas, en base a un objetivo común produce una fuerza popular capaz de lograr, cómo es el caso actual en que la derecha ecuatoriana y el presidente Noboa, han recibido un duro revés.
El mensaje claro del pueblo ecuatoriano ha sido bien concreto , rechazo a una nueva constitución diferente a la del 2008, alrededor del 61% votó en contra de una asamblea constituyente para modificar esa constitución, la que incluye derechos progresistas, protecciones ambientales y por primera vez define al Ecuador cómo un estado plurinacional e intercultural.
Los intentos realizados por la derecha ecuatoriana para modificar esta constitución del 2008, aprobada con un 63,9 de los votos, que impulso el presidente Rafael Correa, su gobierno, su partido en esa época Alianza País, movimientos sociales e indigenas, politicos y ciudadanos vinculados al proyecto de revolución ciudadana, ha recibido tanto en 2023 y 2025 el rotundo rechazo del pueblo del Ecuador.
Otro rechazo importante con mas del 60% de los votos fue el relativo a la modificación del articulo 5 de la actual constitución la del 2008 que establece, “no se permitirá el establecimiento de bases militares extranjeras… se prohíbe ceder bases militares nacionales a fuerzas armadas extranjeras”, lo que fue rechazado por la oposición política advirtiendo que podría comprometer la soberanía y la independencia militar.
La reducción de los miembros de la Asamblea Nacional tambien fue rechazada por segunda vez, porque en el referendum del 2023 recibió mas de un 53% en contra y en este del 2025 obtuvo un no rotundo de 53,49%, en otro orden la eliminación de financiamiento publico a los partidos politicos, lo que los haría mas dependientes de donaciones privadas, esta pregunta recibió un 58,10% de rechazo.
El referendum del Ecuador de este año2025, ha sido una contundente derrota para el presidente Noboa y la derecha ecuatoriana, la frialdad de los números y sus irreversibles resultados, son un trago amargo y un fuerte impacto, que profundiza el desgaste de la popularidad de un gobierno que cada vez mas pierde credibilidad y un pueblo que se niega a dar mas poder a proyectos personalistas.
El pueblo ecuatoriano ha hablado con firmeza, sin miedo y responsabilidad, obteniendo una gran victoria, poniendo un freno a las reformas neoliberales y los proyectos dictatoriales, fortaleciendo los proyectos progresistas cómo la REVOLUCIÓN CIUDADANA, los movimientos indigenas como CONAIE y PACHAKUTIK y otras expresiones políticas, que tienen el reto de articular una propuesta alternativa creíble, para el pueblo ecuatoriano.

