
POR ANDREA RODRIGUEZ
LA HABANA (AP) — Las autoridades cubanas calificaron el jueves como escasa la cooperación bilateral que Estados Unidos mantiene con la isla en materia de combate al tráfico de drogas, un flagelo todavía incipiente que comenzó a hacerse más visible en el mercado doméstico y que en general, según las autoridades, procede de la nación norteamericana.
Durante una conferencia de prensa, el coronel del Ministerio del Interior, Juan Carlos Poey Guerra, indicó que Cuba no es un país productor ni funciona como almacén de drogas, pero se encuentra en un corredor hacia el norte, por lo que históricamente suele haber “recalos” de operaciones fallidas por mar, o sea paquetes descartados por narcos en medio de persecuciones marinas.
Además, en los últimos años se produjo un incremento en territorio nacional del llamado “químico”, pequeñas dosis de cannabinoides sintético y sustancias como carbamazepina, a veces mezcladas con anestésico para animales e incluso formol, fentanilo y fenobarbital que circulan entre jóvenes y entran desde Estados Unidos vía aérea.
Un tercer frente de sustancias ilícitas es el cultivo local de marihuana, explicó Poey. Sin embargo, este es un fenómeno marginal.
“Cuba no es un país productor, almacén o tránsito de droga hacia terceros países, pero sufre las consecuencias externas de este flagelo”, señaló Poey.
Entre 2024 y 2025 se frustraron 72 intentos de ingresar drogas al país desde 11 orígenes, según Poey, pero el mayor emisor es Estados Unidos especialmente con cannabinoides sintético, agregó.
“Tenemos desde el año 2016 un convenio de cooperación en en materia de drogas (con Estados Unidos) y no logramos instrumentar sus procedimientos operacionales para el intercambio”, lamentó Poey. “Aunque Cuba mantiene su disposición de colaboración y no ha dejado de informar (a Estados Unidos) las incidencias”.
El acuerdo fue uno de los firmados por La Habana y Washington durante un histórico acercamiento tras seis décadas de conflictos y bajo la administración de los ex presidentes Raúl Castro y Barack Obama.
Sin embargo, este y otros convenios quedaron paralizados tras el primer mandato del actual mandatario Donald Trump, que puso al mínimo los contactos con la isla con encuentros esporádicos y posteriormente endureció las sanciones contra la nación caribeña.
Durante décadas la isla no tenía un mercado de drogas local, pero en los últimos años en redes sociales y denuncias ciudadanas se visibilizó la presencia sobre todo del “químico”.
Durante el encuentro, el ministro de Justicia, Oscar Manuel Silvera Martínez, reiteró la política de “tolerancia cero” contra las drogas.
Este año se instauró un oficial Observatorio Nacional de Drogas para fortalecer el enfrentamiento al tráfico y conocer más sobre el fenómeno.
La legislación cubana castiga con penas de hasta 30 años de cárcel o cadena perpetua los hechos graves de venta, distribución o tráfico. También se impone la confiscación de propiedades.
Paralelamente, el coronel de Gradafronteras, Ybey Carballo Pérez, indicó que en los últimos 14 años la fuerza aseguró unas 40 toneladas de drogas procedente de los recalos marino especialmente cocaína y marihuana.
Además, Carballo indicó que entre 1990 hasta el 30 de noviembre pasado, Cuba envió 1.546 mensajes con información de tráfico internacional de drogas a sus pares de Estados Unidos advirtiendo el movimiento de narcos detectados en aguas cercanas a la isla y recibió apenas 468 por parte del vecino país. “La relación es de tres a uno”, afirmó.

