Goldfajn se dirigió a un comité clave del Bundestag, así como a representantes del sector público y privado.
El presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Ilan Goldfajn, destacó la contribución de América Latina y el Caribe para resolver los desafíos globales ante el Comité de Cooperación Económica y Desarrollo del Bundestag.
Fue la primera vez que un Presidente del BID se dirige al Comité, subrayando el papel estratégico que desempeña el BID como conducto clave entre las necesidades de desarrollo de la región y Europa.
Goldfajn destacó los valores compartidos entre el BID y Alemania, incluidos el estado de derecho y la democracia, y expuso su visión de un BID que sea más innovador, centrado en los resultados y una entidad que convoque a las partes interesadas clave a trabajar juntas para abordar el cambio climático, la inseguridad alimentaria y otros desafíos compartidos.
Instó a los donantes públicos y privados a unirse al BID para lograr las prioridades clave de ayudar a abordar los problemas sociales, cerrar las grandes brechas de la región en infraestructura física y digital sostenible, asumir la mitigación y adaptación climática, proteger la Amazonía y promover una mayor integración regional.
La visita también incluyó una serie de reuniones con altos funcionarios del gobierno alemán, lo que refleja el creciente interés de Alemania por el importante papel de América Latina y el Caribe para ayudar a lograr un desarrollo más sostenible, y el BID como socio estratégico clave entre Europa y América Latina y el Caribe.
Goldfajn se reunió con Niels Annen, Secretario de Estado Parlamentario del Ministro Federal de Cooperación Económica y Desarrollo y Gobernador del BID; Jennifer Morgan, Secretaria de Estado y Enviada Especial para la Acción Climática Internacional en el Ministerio Federal de Relaciones Exteriores de Alemania; Jörg Kukies, secretario de Estado de Política Económica, Financiera, Climática y Política Europea de la Cancillería; Heiko Thoms, Secretario de Estado responsable de política europea, política financiera internacional y política de mercados financieros; y Stefan Wintels, presidente del banco de desarrollo KfW.
Si bien la región necesita apoyo financiero dadas las restricciones fiscales y las necesidades sociales, Goldfajn subrayó cómo una América Latina más fuerte puede ayudar al mundo tomar un camino más sostenible y contribuir a solucionar los desafíos globales – un enfoque clave de sus prioridades para el BID.
Alemania fue el primer donante del Fondo Amazonía del BID. Alemania y el BID cooperan en acción climática, formación profesional, mercados financieros verdes y equidad de género.
Destacó la cooperación entre la Agencia Alemana para la Cooperación Internacional (GIZ) y el laboratorio de innovación del Grupo BID, BID Lab, para desarrollar un curso en línea para ayudar a los formuladores de políticas a regular la economía informal (gig economy).
Durante su visita, Goldfajn también se reunió con líderes de empresas del sector privado alemán. Habló sobre las oportunidades para ampliar la colaboración en energías renovables, integración digital y física, y el Amazonas, entre otros.
Siendo ya la región más limpia del mundo en términos de generación de energía, América Latina y el Caribe absorbe una cuarta parte de todo el CO2 absorbido por todo el planeta.
Goldfajn también señaló cómo la región alberga dos tercios del litio del mundo y el 38% de su cobre, crucial para la transición verde. La región ya produce suficientes alimentos para alimentar a 1.300 millones de personas y podría multiplicar esa cantidad para alimentarse a sí misma y al mundo entero con las reformas adecuadas.
También participó en una conversación sobre políticas fiscales y desigualdad de ingresos organizada por BMZ.
Su visita a Berlín se produjo antes de su participación en la Cumbre por un Nuevo Pacto Global de Financiamiento en París el 22 y 23 de junio. Junto con la Cumbre por un Nuevo Pacto Global de Financiamiento, la visita del Presidente marca una relación renovada entre la región de América Latina y el Caribe y Europa, compartiendo valores democráticos y una preocupación por las implicaciones de la crisis climática, las dos regiones muestran una fuerte alineación y colaboraciones cada vez mayores en un contexto global cambiante y buscan cadenas de valor más sostenibles, verdes y justas.