Por Felipe Suberví
En el acelerado ritmo de los nuevos tiempos políticos, el liderazgo de la juventud del Partido Revolucionario Moderno (PRM) ha emergido como un faro de esperanza en la República Dominicana.
Mientras otros partidos languidecen con liderazgos arcaicos y desconectados de la realidad social, el PRM se posiciona como una fuerza revitalizadora, enraizada en la juventud y comprometida con la transformación.
En el seno del PRM se gesta una poderosa combinación entre la vitalidad juvenil y la experiencia de destacados líderes de Estado como doña Milagros Ortiz, el expresidente Hipólito Mejía y otros tantos líderes que conservan las enseñanzas del Dr. José Francisco Peña Gómez.
Los jóvenes son guiados por estos mentores, quienes les brindan orientación sobre cómo enfrentar los desafíos políticos, al tiempo que se les concede el espacio necesario para desarrollar sus propias ideas y talentos. Es un partido que valora el mérito y no se fija en la edad.
El impacto del liderazgo del PRM se debe en gran medida a la visión trascendental de Luis Abinader, quien ha situado al joven en el epicentro de la administración pública.
Mientras otros líderes se hunden en el rezago moral y ético, intoxicando al Estado con prácticas corruptas y desconectándose de la realidad de los dominicanos, el PRM ejerce el poder con humanidad, accesibilidad y transparencia.
Aquí no existen dioses ni intocables en el gobierno, sino un cambio sostenido y constante que busca mejorar la calidad de vida de todos los ciudadanos.
La juventud del PRM se destaca por su capacidad de generar resultados tangibles. Todos los jóvenes líderes del partido han demostrado su valía en el sector privado, consolidando un liderazgo que combina experiencia estatal con la energía y el ímpetu de la juventud.
Estos jóvenes han demostrado sobradamente su capacidad intelectual y gerencial para desempeñar cargos públicos de manera efectiva. Y los resultados están ahí: hoy contamos con una administración pública con capacidad de autocrítica, en saneamiento constante y de funcionamiento ágil y transparente.
Así, el PRM se erige como el Partido de las Oportunidades. Después de dos años de promover activamente la participación política de los jóvenes, se han inscrito 891 precandidaturas juveniles que competirán por diversos cargos en las elecciones de 2024.
Un claro ejemplo de estos resultados es Stalin Ruiz, quien, a sus 17 años, ya ha comenzado a forjar su camino en la política. Aunque cumplirá la mayoría de edad en agosto, Stalin tiene la firme convicción de ser un digno regidor perremeista en el 2024.
Si analizamos con imparcialidad, los resultados positivos son innegables. El Estado liderado por el Partido Revolucionario Moderno brinda seguridad a los empresarios y se distingue por su transparencia en la gestión.
Esta transparencia no solo genera tranquilidad para los funcionarios, sino que también se traduce en eficiencia. A pesar de contar con recursos limitados, se ha logrado hacer mucho, fortaleciendo la macroeconomía y restableciendo la estabilidad en el país.
Basta con ver cómo, a pesar de encontrarnos ante coyunturas adversas, la pobreza lleva dos años consecutivos reduciéndose de forma significativa. Recientemente, la inflación se redujo hasta alcanzar la meta establecida por la Junta Monetaria, y esto motivó que se redujeran los tipos de interés.
Asimismo, las perspectivas de crecimiento económico son positivas. Y las buenas noticias van en todas direcciones: turismo, inversión extranjera, exportaciones, generación de empleos directos, formalización de Pymes, becas de educación superior y un muy largo etcétera.
De este modo, el legado de Abinader será el de haber guiado con pasos certeros a la juventud del PRM. Y más importante, dejará su huella como el primer jefe de Estado de los últimos cincuenta años que ha afrontado grandes crisis globales sin que la ciudadanía pierda el rumbo del desarrollo.
Los retos actuales exigen pragmatismo, y con esto, el PRM ejerce el poder con humanidad, desterrando la noción de dioses o intocables en la función pública. De esa forma, cada reporte internacional destaca cómo los niveles de corrupción se han reducido en comparación con cuatrienios y décadas anteriores.
Su forma de hacer política se basa en crear afinidad con la gente, alejándose de los mensajes vacíos y construyendo un auténtico vínculo con la ciudadanía.
Más que crear relatos políticos que promuevan imágenes mesiánicas, la gestión que encabeza el presidente Abinader impulsa una agenda de políticas públicas que construyan oportunidades para todas las personas.
Esto se evidencia en la valoración que tiene como presidente. Con una aceptación de más del 60 por ciento, la visión estadista de Luis Abinader coincide con los cambios en la forma de hacer política que exigieron los dominicanos por dos décadas.
Dicho en otros términos, la transformación energizante que ha impulsado el Partido Revolucionario Moderno está siendo el principal motor del desarrollo social y económico del país.
El proceso de desmonte de estructuras que permanecían anquilosadas por las ataduras a viejas prácticas, hoy se ha ido movilizando hacia la innovación, la competitividad y la generación de oportunidades.
Y esto da paso a una nueva oportunidad para que los jóvenes que dicen no creer en la política se acerquen.
El PRM, con su gestión de progreso y apertura, se presenta como la única opción posible para aportar al país desde una posición que fortalezca el sistema democrático dominicano, comprendiendo los nuevos tiempos, las corrientes renovadoras que impulsan el quehacer político y las transformaciones continuas que afrontamos como país en el contexto global.
Por Felipe Suberví