Maduro busca apuntalar el apoyo de los militares antes de una reñida elección presidencial

BY JOSHUA GOODMAN AND REGINA GARCÍA CANO

AGUA CALIENTE, Venezuela (AP) — En un cruce de caminos, no muy lejos de una gasolinera cubierta de maleza, hombres y mujeres jóvenes vestidos con descoloridos uniformes verdes detienen a los vehículos que regresan de un mitin de opositores al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, piden a sus pasajeros que se identifiquen e inspeccionan sus autos, camiones y motos.

Este tipo de controles han proliferado en las vastas llanuras tropicales del país, en las boscosas tierras altas y en el litoral en vísperas de las elecciones presidenciales del domingo, con el objetivo de intimar, y ocasionalmente detener, a los críticos con el gobierno.

A menudo piden un aventón, bananas o una “colaboración”, el eufemismo venezolano para un pequeño soborno.

Pero el juego de poder suele fracasar. Cuando sus superiores se esconden del sol abrasador, los soldados rasos delatan su descontento con Maduro y su apertura hacia un nuevo comandante en jefe.

“¿Sí llegó la señora? ¿Y había mucha gente?”, preguntó un aturdido soldado acerca de la líder opositora María Corina Machado.

“Queríamos verla pero aquí no hay WiFi”, susurró otro.

Desde su llegada al poder en 2013, Maduro no ha dudado en desplegar tropas para sofocar protestas mientras recompensaba a los altos mandos con lucrativos empleos gubernamentales y el control de industrias clave.

Pero a unos días de una reñida votación que amenaza su control del poder, el autoproclamado socialista está trabajando más duro que nunca para apuntalar la lealtad de las fuerzas armadas — el árbitro tradicional de las disputas políticas en Venezuela — y mantener a la jerarquía bajo control.

En los últimos días, el presidente ha aparecido en la televisora estatal asistiendo a una ceremonia de graduación de 25.000 agentes de policía, elogiándolos como la primera línea de defensa frente a lo que calificó de intentos de los conservadores de provocar una tragedia.

Además, ascendió a docenas de oficiales y concedió un nuevo título a su veterano ministro de Defensa, Vladimir Padrino López: ”General del pueblo soberano”.

“El destino de Venezuela depende de nuestra victoria”, afirmó Maduro en un mitin este mes. “Si no quieren que Venezuela caiga en un baño de sangre, en una guerra civil fratricida producto de los fascistas, garanticemos el más grande éxito, la más grande victoria de la historia electoral de nuestro pueblo”.

La jerarquía militar se ha mantenido firme al lado de Maduro, metiéndose de lleno en el fango político en lugar de limitarse a su papel tradicional de proteger la votación.

El general Domingo Hernández Lárez, jefe del Estado Mayor Conjunto, publicó una foto en redes sociales en la que supuestamente aparecía Machado hablando frente a una pizarra blanca con notas que pedían la “eliminación” de las fuerzas armadas.

Machado, a quien se le prohibió presentarse a los comicios y respalda al candidato suplente Edmundo Gonzalez, calificó la acusación de “noticia falsa”. Un grupo de monitoreo de la prensa dijo que la imagen estaba manipulada.

Los opositores de Maduro llevan tiempo tratando de ganarse a los escépticos dentro del ejército.

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