By GABRIELA SÁ PESSOA and E. EDUARDO CASTILLO
CARACAS (AP) — Varios países de la región están haciendo esfuerzos diplomáticos para persuadir al presidente venezolano, Nicolás Maduro, de que libere las actas de votación de las elecciones en las que fue declarado ganador, pese a las quejas de la oposición que reclama la victoria para sí y a los cada vez más extensos reclamos a que se haga una revisión independiente de los resultados, informaron funcionarios de Brasil y México.
Las gestiones diplomáticas se están manejando entre funcionarios de los gobiernos de Brasil, Colombia y México, que han estado en contacto permanente con la administración de Maduro para convencerle de que deben hacerse públicos los datos de la votación del domingo y debe permitirse una verificación imparcial.
Así indicó el jueves un integrante de la administración brasileña a The Associated Press.
El funcionario brasileño apuntó que la única vía que podrá despejar las dudas sobre las elecciones en las que Maduro fue declarado ganador por el Consejo Nacional Electoral es que Venezuela muestre en detalle los resultados de la votación.
El oficial pidió no ser identificado por no estar autorizado a dar declaraciones públicas sobre las gestiones diplomáticas que se están desarrollando.
Otro funcionario mexicano, que también habló del tema bajo la condición de anonimato, confirmó que los tres gobiernos han abordado el tema con Venezuela pero no dio más detalles.
A media tarde del jueves, los tres países enviaron un comunicado conjunto en el que, sin hacer referencia a los esfuerzo diplomáticos desarrollados, apelan de nuevo a que se den a “conocer públicamente los datos desglosados por mesa de votación”.
Recalcan que las controversias sobre el proceso electoral se deben dirimir “por la vía institucional” y que el “principio fundamental de la soberanía popular debe ser respetado mediante la verificación imparcial de los resultados”.
Además, el comunicado difundido desde el Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil, hace un llamado a los actores políticos y sociales a la “contención en sus manifestaciones” para evitar una escalada de violencia.
La líder opositora María Corina Machado, por su parte, dijo en un artículo de opinión publicado por el diario estadounidense The Wall Street Journal que está escondida por temor por su vida y su libertad.
Ni Machado ni el candidato opositor Edmundo González han tenido apariciones públicas desde un acto el martes en las calles de Caracas.
Más temprano, el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, aseguró que tenía previsto contactar a su par brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, y con el colombiano, Gustavo Petro. También apuntó que, para su gobierno, es importante que las actas electorales sean puestas a disposición pública.
Tras tres días de presión y reclamos internacionales por falta de transparencia, Maduró decidió el miércoles encargar al Tribunal Supremo de Venezuela —señalado por su cercanía al gobierno— que realice un peritaje al proceso electoral.
Ese planteamiento fue inmediatamente cuestionado por observadores internacionales ante la duda de ese cuerpo judicial pueda realizar esa revisión realmente con independencia.
Se desconoce si esa primera concesión de Maduro, ante las demandas de transparencia, fue resultado de las conversaciones mantenidas con Brasil, Colombia y México. Lo único que confirmó el mandatario venezolano el miércoles en una conferencia de prensa es que había hablado con Petro del tema.
El Tribunal Supremo de Venezuela está estrechamente alineado con el gobierno de Maduro y es el mismo ente que ratificó la inhabilitación política por 15 años que impidió a Machado ser la candidata rival del presidente en las elecciones.
Los magistrados del máximo tribunal son propuestos por la Fiscalía, la Defensoría del Pueblo y la Contraloría y luego ratificados por la Asamblea Nacional, dominada por el oficialismo.
El candidato opositor Edmundo González, principal adversario de Maduro en su aspiración a la reelección por un tercer mandato, junto con Machado, ha asegurado en los últimos días que, con más de dos tercios de las actas de votación que se imprimieron el domingo en las mesas electorales en su poder, los resultados muestran que Maduro perdió las elecciones presidenciales.
La explicación que ofreció el miércoles el presidente de Venezuela a la falta de difusión pública de las actas electorales es que el Consejo Nacional Electoral ha sido objeto de ataques, también cibernéticos. Pero no profundizó en detalles.
Los presidentes de Colombia y Brasil, ambos aliados del gobierno de Venezuela, han instado en sus pronunciamientos públicos a Maduro que libere el detalle del conteo de votos.
Según funcionarios brasileños, los esfuerzos diplomáticos que se están realizando solo están enfocados en que se llegue a una solución dialogada con las autoridades venezolanas sobre la controversia de las elecciones. Y que eso pasa por la publicación de los datos de la votación y por una verificación independiente de los resultados.
Por su parte, López Obrador hizo un llamado a que no haya violencia tras las elecciones y a que la voluntad de los venezolanos sea respetada. También instó a “que se presenten las pruebas, las actas de resultado electoral”.
La presión contra Maduro ha crecido con los días desde la jornada electoral del domingo.
El CNE, afín al oficialismo del Partido Socialista Unido de Venezuela, no ha publicado hasta ahora los resultados de las actas de votación, como sí hizo en elecciones pasadas. Su página web lleva caída desde al menos el lunes.
No obstante, la autoridad electoral dio por ganador a Maduro en la madrugada del lunes, al reportar que recibió 5,1 millones de votos (51,2% de apoyo popular) un frente a los 4,4 millones de González (44,2%). Pero Machado defendió después que las actas de votación recogen más de 6,2 millones de votos para Edmundo ante 2,7 millones para Maduro.
Venezuela tiene las mayores reservas probadas de petróleo del mundo y presumió en su momento de ser una de las economías más avanzadas de América Latina, hasta que entró en caída libre con la llegada al poder de Maduro en 2013.
El desplome de los precios del petróleo, un persistente desabastecimiento y la hiperinflación que llegó a un pico de 130.000% condujo al país a protestas sociales y a la migración masiva.
Más de 7,7 millones de venezolanos han dejado el país desde 2014, el mayor éxodo de personas en la historia reciente de América Latina.