El gobierno de EEUU reconoce al opositor Edmundo González como el ganador de elecciones de Venezuela

By REGINA GARCÍA CANO

CARACAS (AP) — El gobierno de Estados Unidos anunció el jueves que reconoce al opositor venezolano Edmundo González como el ganador de las elecciones de Venezuela, en las que la autoridad electoral nacional dio la victoria al presidente Nicolás Maduro y que han sido duramente cuestionadas por falta de transparencia en la difusión de resultados.

En un comunicado, el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, afirmó que dada la abundante evidencia, “es claro para Estados Unidos y, más importante, para el pueblo venezolano que Edmundo González obtuvo la mayoría de votos en las elecciones presidenciales del 28 de julio”.

Desde que Maduro fue declarado ganador el domingo por el Consejo Nacional Electoral, las autoridades de Venezuela han sido cuestionadas e interpeladas por varios países, entre ellos, Estados Unidos, y por organismos internacionales para que sea transparente en la publicación de las actas de votación.

La falta de difusión de los resultados derivó desde el lunes también en fuertes protestas en las calles.

La oposición aseguró tener en su poder al menos un 84% de las actas de las mesas de votación que, según defendió, le dan la victoria al opositor González.

El mandatario venezolano respondió después a la posición estadounidense. En un evento en Caracas, dijo que ahora Estados Unidos salió “a decir que Venezuela tiene otro presidente” y replicó que “Estados unidos debe sacar sus narices de Venezuela”, añadió.

Arremetió contra la prensa que se hizo eco de las declaraciones de Blinken y aseguró que se le está “agotando la paciencia”.

“El proceso en Venezuela aún legalmente, constitucionalmente, institucionalmente está todavía por completarse y Estados Unidos hoy dice que tiene las actas y las pruebas porque ellos son el CNE”, reprochó Maduro con ironía.

Poco antes de la declaración del gobierno estadounidense, la líder opositora venezolana María Corina Machado aseguró estar bajo resguardo por temor por su vida y libertad, ante la escalada de ataques de las autoridades de Venezuela que han pedido su detención y la han acusado de delincuente y fascista, tras las insistentes críticas de la oposición a los resultados de las elecciones.

Machado y el candidato opositor, Edmundo González tuvieron su última aparición pública el martes en un acto masivo con sus simpatizantes en las calles de Caracas. Desde entonces, no se les ha vuelto a ver.

La líder opositora firmó el jueves un artículo de opinión en el diario estadounidense The Wall Street Journal en el que asegura haberse puesto a resguardo por miedo.

“Escribo esto desde la clandestinidad, temiendo por mi vida, mi libertad y la de mis compatriotas de la dictadura liderada por Nicolás Maduro”, recogió el texto.

La oficina de prensa de la opositora confirmó que se encuentra bajo resguardo, pero no ofreció más detalles.

En los días anteriores, ante los reclamos de la oposición y la presión de varios países y organizaciones internacionales por falta de transparencia en los resultados electorales, Maduró la acusó de delincuente y de fascistas.

Otras autoridades venezolanas instaron además a que tanto Machado como el candidato González sean detenidos.

“La señora Machado, ¿dónde está? ¿Por qué se esconde? ¿Por qué no da la cara ante tanta tropelía, tanta violencia?”, afirmó el miércoles el mandatario venezolano en una conferencia de prensa.

La AP solicitó al equipo de González una reacción sobre las afirmaciones de Machado pero no hubo comentarios de momento. Varios de sus colaboradores de campaña han sido detenidos en los meses previos; el último fue el dirigente opositor Freddy Superlano el martes tras las elecciones.

Poco después de ese artículo, Machado publicó un vídeo en su cuenta de X, antes Twitter, en donde convocó para el sábado por la mañana a una movilización “en todas las ciudades de Venezuela”. Pero no hizo referencia a su situación personal.

Por las protestas que iniciaron el lunes en Caracas y otros puntos del país, más de 1.200 personas han sido detenidas y se buscan a otras 1.000, informó Maduro. De acuerdo con la organización Foro Penal, ha habido al menos 11 muertos.

A las movilizaciones se fueron sumando numerosos pronunciamientos de países del continente americano, como Argentina o Chile, así como entes como la Organización de Estados Americanos y observadores como el Centro Carter, para reclamar a las autoridades venezolanas que publique las actas desglosadas por mesa con los datos de la votación y que permitan una verificación independiente de los resultados.

Ante la presión, el presidente Maduro solicitó el miércoles al Tribunal Supremo del país que se encargue de realizar un peritaje al proceso electoral. Ese cuerpo judicial anunció el jueves que admitía la petición y convocó a declarar para el viernes en la tarde al mandatario, al opositor González y los demás candidatos.

Los reclamos por mayor transparencia llegaron también de países aliados, como Colombia, Brasil o México que se implicaron además con esfuerzos diplomáticos para convencer a Maduro de que libere la información electoral.

El presidente colombiano, Gustavo Petro, insistió el jueves en la no injerencia en los resultados de las elecciones presidenciales de Venezuela, que están bajo numerosos cuestionamientos internacionales.

“No es un gobierno extranjero el que debe decidir quién es el presidente de Venezuela”, publicó Petro en su cuenta de la red social X, antes Twitter.

La declaración se dio en respuesta a Machado, quien había denunciado un presunto fraude en los comicios cuestionando las cifras divulgadas por el Consejo Nacional Electoral (CNE) venezolano —controlado por el oficialismo— que dan como ganador a Nicolás Maduro con el 51% de los votos frente al 44% del opositor Edmundo González.

Machado respondió al presidente colombiano por la misma red social que el “pueblo de Venezuela ya decidió” y lo instó a consultar más del 80% de las actas electorales que la oposición dice tener en su poder y, según las cuales González, habría ganado las elecciones.

Al llegar al poder hace dos años, Petro restableció las relaciones diplomáticas con Venezuela, reconociendo a Maduro como el presidente legítimo de ese país. Su antecesor, Iván Duque (2018-2022) fue un duro crítico de Maduro y se unió al grupo de países que reconocían al líder opositor Juan Guaidó como mandatario.

Por su parte, el presidente chileno, Gabriel Boric, aseguró a media tarde del jueves que había conversado con Petro “por la tensa situación que estamos viviendo a nivel regional”, publicó en un mensaje en X. Y repitió los pedidos de respeto a la soberanía y de transparencia en los resultados en Venezuela.

Más temprano, Andrés Manuel López Obrador, mandatario de México, planteó prudencia “para no meternos en un asunto que corresponde fundamentalmente a los venezolanos”.

El líder mexicano pidió “primero, que no haya violencia; segundo, que se respete la voluntad de los venezolanos; tercero, que se presenten las pruebas, las actas de resultado electoral; y cuarto, que no haya injerencismo”.

López Obrador respaldó que Maduro haya ofrecido “que van a entregar las actas” con las que deberá probar si, como dijo, hubo un sabotaje. Pero ahora corresponde al tribunal electoral “escuchar a todos, recopilar todas las actas” y pronunciarse, agregó López Obrador.

Bolivia envió también el jueves un mensaje de respaldo al gobierno de Venezuela. Rechazó “enérgicamente los intentos de golpes de Estado” en contra del presidente Nicolás Maduro y “los planes de sustituir la voluntad del pueblo venezolano”, según un comunicado de la Cancillería boliviana.

Asimismo, el presidente panameño José Raúl Mulino dijo que teme que ante la actual situación aumente el flujo de migrantes venezolanos que cruzan la selva del Darién, en la frontera con Colombia.

“El 66% del problema en Darién son venezolanos. Esperamos que no aumente (la migración), pero la lógica indica que sí puede aumentar”, dijo Mulino en una conferencia de prensa.

Desde 2014 unos 7,7 millones de venezolanos han abandonado el país, según la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), huyendo de la crisis económica y el deterioro social. Ese flujo se incrementó en los últimos años.

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