Incendio en casa de Shapiro hace a judíos de Pensilvania recordar ataque en sinagoga en 2018

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Incendio

POR PETER SMITH, MARK SCOLFORO and JONATHAN J. COOPER

HARRISBURG, Pensilvania, EE.UU. (AP) — Hace un año, Carole Zawatsky fue invitada por el gobernador de Pensilvania, Josh Shapiro, a un Séder de Pésaj , celebrado en la misma sala de la residencia oficial del gobernador que fue devastada por un incendiario sólo horas después que Shapiro organizara el ritual judío este año.

Ahora, al mirar las fotos de la destrucción, Zawatsky puede imaginar dónde había estado sentada y cuán mortal podría haber sido el ataque.

Como muchos otros, Zawatsky espera con cautela noticias de los investigadores sobre lo motivos del atacante, que están nublados por indicios de comportamiento errático, así como por declaraciones de su pasado.

Aun así, el ataque impactó duramente a la comunidad judía en un estado donde tal incidente resulta dolorosamente familiar.

Apuntó al gobernador judío religiosamente observante de Pensilvania en el mismo lugar donde apenas horas antes había organizado uno de los rituales centrales del calendario judío.

Zawatsky dirige una organización en Pittsburgh formada para contrarrestar el antisemitismo y conmemorar a las víctimas de otro ataque en Pensilvania: los asesinatos de 11 fieles de tres congregaciones en la sinagoga Árbol de la Vida hace más de seis años, el ataque antisemita más mortífero en la historia de Estados Unidos.

“Ver esas imágenes es profundamente traumático”, dijo Zawatsky, directora ejecutiva de Árbol de la Vida, el grupo establecido tras los asesinatos del 27 de octubre de 2018. “No es mucho pedir que todos vivamos en un país donde celebremos nuestra fe sin miedo”.

Surge imagen más turbia sobre el motivo

El juicio por el tiroteo en la sinagoga reveló que el agresor, quien fue condenado y sentenciado a muerte, había estado sumido en el antisemitismo durante mucho tiempo y llevó a cabo el ataque metódicamente.

En el caso de Harrisburg, las cosas son menos claras. Los investigadores han revelado sólo fragmentos de lo que el sospechoso, Cody Balmer, de Harrisburg, les dijo.

Sus familiares afirman el hombre de 38 años que ha luchado con enfermedades mentales, y sus abogados sugirieron el miércoles que eso será central en su defensa.

“No tenemos información definitiva sobre el motivo de esta persona”, dijo Zawatsky. “Sabemos que ciertamente hubo odio involucrado”.

La Policía Estatal de Pensilvania dijo que Balmer confesó el ataque, albergaba odio hacia el gobernador y dijo que planeaba golpear a Shapiro con un martillo.

“BALMER se identificó a sí mismo por su nombre y relató que el gobernador Josh SHAPIRO necesita saber que él ‘… no participará en sus planes para lo que quiere hacerle al pueblo palestino’”, escribieron los policías como parte de las solicitudes de órdenes de registro.

Exactamente quién y qué significaba eso no estaba claro en los documentos.

El líder demócrata del Senado, Chuck Schumer, de Nueva York, pidió el jueves al Departamento de Justicia que determine si el ataque califica como un delito de odio federal.

Audrey Glickman, sobreviviente del ataque de 2018 y miembro de la Congregación Árbol de la Vida, dijo que admiraba la compostura de Shapiro, apenas horas después del ataque, y su enfática denuncia del odio independientemente del motivo.

“Uno necesita tiempo para darse cuenta que ha sido atacado y qué hacer al respecto”, dijo Glickman. Admiró “cómo se levantó de inmediato y habló con firmeza al respecto”.

Shapiro acudió a la escena del ataque de Pittsburgh en 2018 como fiscal general de Pensilvania en ese momento.

Como gobernador, participó en la inauguración de 2024 de un nuevo edificio para reemplazar la sinagoga, que incluirá un monumento, programación y otras exhibiciones destinadas a contrarrestar el antisemitismo.

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