Francisco intentó dar mayor acogida a las personas LGBTQ, pero la doctrina de la Iglesia cambió poco

El papado de Francisco terminó con la misma doctrina que había heredado hacia las personas LGBTQ+: la Iglesia católica rechaza el matrimonio entre personas del mismo sexo y condena cualquier relación sexual entre parejas homosexuales como “intrínsecamente desordenada”.
Sin embargo, a diferencia de sus predecesores, Francisco transmitió gradualmente a través de sus acciones, declaraciones formales y comentarios ocasionales que quería que la Iglesia fuera un lugar más acogedor para ellos.
Activistas frustrados, conservadores cautelosos
Entre los activistas había frustración por la falta de un avance doctrinal, pero aun así había gratitud por su calidez hacia ellos.
Muchos líderes católicos conservadores desconfiaban constantemente del alcance LGBTQ+ de Francisco y en ocasiones se mostraban enojados y desafiantes, como cuando decidió en diciembre de 2023 permitir que los sacerdotes bendijeran a las parejas del mismo sexo.
En respuesta, los obispos africanos se negaron a implementar la declaración del Vaticano, diciendo que las relaciones entre personas del mismo sexo eran “contrarias a la voluntad de Dios”. Algunos obispos de Europa del Este, América Latina y otros lugares también expresaron su oposición.
La declaración del Vaticano reafirmó la enseñanza tradicional de la Iglesia de que el matrimonio es una unión de por vida entre un hombre y una mujer, pero permitió a los sacerdotes ofrecer bendiciones espontáneas y no litúrgicas a parejas del mismo sexo que buscaban la gracia de Dios en sus vidas, siempre que dichas bendiciones no se confundan con los ritos y rituales de una boda.
En enero de 2024, Francisco reconoció que la declaración de bendición había encontrado resistencia y culpó a los obispos opositores por negarse a abrir un diálogo al respecto.
“Se toma una decisión y la soledad es un precio que hay que pagar”, dijo en una entrevista televisiva. “A veces no se aceptan decisiones… Pero en la mayoría de los casos, cuando no aceptas una decisión es porque no la entiendes”.
“Esto ha sucedido con estas últimas decisiones de bendecir a todos”, añadió Francisco. “El Señor bendice a todos”.
Los beneficiarios de la actitud acogedora de Francisco incluyeron a una comunidad de mujeres transgénero —muchas de ellas inmigrantes latinoamericanas que trabajaban en Roma como prostitutas— que realizaban visitas mensuales a sus audiencias generales y recibían asientos VIP.
“Antes la Iglesia estaba cerrada para nosotros. No nos veían como personas normales. Nos veían como el diablo”, dijo Andrea Paola Torres López, nacida en Colombia. “Entonces llegó el Papa Francisco y se nos abrieron las puertas de la Iglesia”.
Fuente AP