
La directora del Centro Cardio-neurovascular Cruz Jiminián, Dra. Abilquis D. Escoto, alertó sobre el auge que ha tomado los accidentes cerebrovasculares (ACV) superando al COVID 19 como causa de muerte en República Dominicana, convirtiéndose en una “pandemia silenciosa” avanzando en silencio y afectando cada vez a más jóvenes.
Según datos recientes del Ministerio de Salud Pública, más de 3,000 dominicanos murieron por ACV en 2022, mientras que en el peor año de la pandemia de COVID 19, en 2020, las muertes registradas fueron unas 2,400.
Cada año, entre 7,000 y 12,000 personas sufren un ACV en el país, y alrededor del 60 % de los sobrevivientes quedan con discapacidades permanentes que les impiden trabajar o valerse por sí mismos.
“La diferencia es que el COVID 19 tuvo atención mediática y respuesta inmediata, mientras que el ACV sigue matando en silencio, sin acciones proporcionales a su gravedad”, expresó la especialista D. Escoto.
Jóvenes en riesgo
La Dra. Escoto destacó que esta enfermedad, antes asociada a adultos mayores, ahora está impactando con fuerza a dominicanos entre 35 y 55 años, una tendencia preocupante impulsada por factores como hipertensión no diagnosticada, obesidad, tabaquismo, sedentarismo, estrés y consumo de sustancias.
“Estamos viendo cada vez más casos en jóvenes sin antecedentes médicos conocidos, lo cual hace aún más urgente intensificar las acciones preventivas y educativas”, puntualizó.
Alto costo social y económico
El ACV no solo genera miles de muertes cada año, sino que también deja una profunda huella económica y emocional en las familias. La pérdida de empleos, hospitalizaciones prolongadas, rehabilitación y la dependencia de cuidadores llevan a muchas familias a la pobreza, en un país donde el acceso a tratamientos especializados sigue siendo limitado.
A nivel mundial, se estima que el costo económico del ACV supera el billón de dólares al año, y en países como República Dominicana, con recursos limitados, el impacto es aún mayor.
Llamado a la acción
La Dra. Abilquis D. Escoto, instó a las autoridades, al sector salud y a la población en general a actuar de inmediato para enfrentar esta crisis.
Entre las prioridades identificadas están fortalecer la atención primaria, garantizar el acceso a diagnósticos por imágenes, entrenar al personal de salud en protocolos de “Código Ictus” y crear campañas educativas masivas para que la población reconozca los síntomas.
“La detección temprana salva vidas. Si una persona presenta pérdida súbita del habla, debilidad en un lado del cuerpo o desviación de la boca, debe acudir de inmediato a emergencias. El tiempo es vital para reducir las secuelas o evitar la muerte”, enfatizó la Dra. Abilquis D. Escoto.
Sobre el HCJ
El Centro Cardiovascular Cruz Jiminián (HCJ) cuenta con un equipo de destacados especialistas en neurocirugía y neurología, entre los que se encuentran el Dr. Ramón de León Berras, experto en neurocirugía endovascular; el Dr. Daniel Encarnación, también neurocirujano endovascular; el Dr. Darwin Tavárez, reconocido por su trayectoria en neurocirugía endovascular; así como los neurólogos Dr. Welinton Ramírez y la Dra. Minelly Rodríguez, ambos comprometidos con el diagnóstico y tratamiento integral de las enfermedades neurológicas entre otros.
El Hospital Cruz Jiminián se ha consolidado como un referente nacional en atención cardiológica y neurovascular, ofreciendo tecnología de última generación y un enfoque inclusivo que garantiza servicios de salud de alta calidad para toda la población.
Su Unidad de Cateterismo, Arritmia y Marcapasos (UCAMCJ) opera las 24 horas del día, los 7 días de la semana, brindando atención especializada en emergencias neurocardiovasculares, manejo de arritmias y procedimientos avanzados como la colocación de marcapasos.
Estas informaciones fueron compartidas por la Dra. Abilquis D. Escoto en el programa Roberto Monclus se difunde de lunes a viernes, de 3:00 a 4:00 de la tarde, a través de VTV, canal 32, con alcance nacional e internacional.