
Para hablar mentiras, se debe tener mucho cuidado
Los ruidos generados en la vitrina semanal del Gobierno desde el Palacio Nacional van más allá de la exclusiva selección de sus coordinadores, quienes determinan quién formula las preguntas.
Los ruidos mediáticos generados en el diálogo del presidente Luis Abinader con periodistas o líderes de opinión no son aleatorios, como se afirma.
Las dudas que viene generando en la población y la opinión pública la participación del mandatario derivan de las inexactitudes y errores en el enfoque temático.
Las cifras dadas a conocer por el mandatario en la entrega del lunes 28 julio sobre la reducción de los niveles de pobreza distan bastante de las ofrecidas por el Banco Central, mostrando una notoria contradicción, que le resta credibilidad al jefe del Estado.
Lo propio sucedió con las estadísticas del crecimiento de la economía, aunque el jefe del Estado admitió una desaceleración en el ritmo de crecimiento, algo que, según dijo, ya está siendo percibido por la población, y atribuyó a factores externos.
La Secretaría de Asuntos Económicos del PLD dio una respuesta responsable a dichas aseveraciones explicando que desde la segunda mitad de 2024 la economía dominicana comenzó a dar señales claras de estancamiento.
El titular del órgano del PLD que trata los asuntos económicos, Luis Reyes, insistió en que las políticas monetarias y fiscales aplicadas por la actual administración han resultado insuficientes e inefectivas.
Entre las razones de la reducción del crecimiento económico encontramos la reducida inversión pública, aumento desmedido de la nómina pública, entre otros aspectos que demuestran la existencia de una gestión económica fracasada.
He aquí, como en otros tantos aspectos de la gestión del PRM, que se aplica la expresión del refranero que reza: “Para hablar mentiras y comer pescado, se debe tener mucho cuidado”, cuidado del que al parecer carece el mandatario.