Más del 35% de las búsquedas en línea ya son respondidas por modelos de inteligencia artificial y podrían alcanzar el 90% antes de fin de año.

El 60% de los consumidores consulta con IA antes de tomar decisiones de compra; 20% cambia de opinión según la respuesta obtenida.

La Inteligencia artificial está transformando la manera en que las marcas construyen su reputación y se relacionan con los consumidores. Con la irrupción de los Large Language Models, como ChatGPT, Gemini o Perplexity, la forma de entender el marketing cambió para siempre.

En este nuevo escenario, los LLMs no solo generan contenido, sino que también deciden qué información llega primero al usuario. Esto ha dado lugar a lo que LLYC, firma global de Marketing y Corporate Affairs, denomina Marketing para Máquinas: el diseño de mensajes claros y consistentes que no solo conecten con las personas, sino que sean comprendidos y difundidos estratégicamente por las inteligencias artificiales que median la relación con los consumidores.

La relevancia es crítica: hoy el 60% de los consumidores online consulta con IA antes de tomar una decisión de compra y el 20% cambia de opinión derivado de las respuestas que recibe.

Sin una narrativa diseñada para ser interpretada por estos sistemas, las marcas corren el riesgo de que su reputación quede en manos de información incompleta o desactualizada.

En LLYC, se han desarrollado auditorías para identificar qué fuentes nutren a los modelos de IA y crear planes de visibilidad, asegurando que las narrativas de los clientes estén presentes y alineadas con sus valores.

“El marketing como lo conocíamos ha cambiado. Hoy necesitamos hablarle a las personas y, al mismo tiempo, a las máquinas. Las marcas que logren anticiparse y construir un relato coherente serán las que lideren en este nuevo entorno”, aseguró Arlene Puello, Directora de Marketing Solutions para República Dominicana y Panamá

El futuro apunta a que los buscadores tradicionales darán paso a interfaces conversacionales impulsadas por IA y los links dejarán de ser el centro de la experiencia.

Ante este panorama, la competencia no será solo por tráfico web, sino por espacio en las narrativas que los modelos de lenguaje entregan a los usuarios.