POR MATTHEW LEE and MEGAN JANETSKY

CIUDAD DE MÉXICO (AP) — Durante la visita del secretario de Estado, Marco Rubio, México y Estados Unidos acordaron el miércoles mantener su colaboración en materia de seguridad transfronteriza, incluyendo el combate al tráfico de drogas, armas y combustible, pero ambas naciones dejaron claro que lo harán desde sus respectivos lados de la frontera, respetando la soberanía del otro en un momento de crecientes preocupaciones sobre la intervención estadounidense en la región.

Lo que inicialmente se había anunciado como la firma de un amplio acuerdo de seguridad se convirtió en una reafirmación de la colaboración que México y Estados Unidos han señalado que han desarrollado desde siempre.

Las prioridades siguen siendo impedir que el fentanilo y otras drogas entren a Estados Unidos, y que las armas de gran potencia se introduzcan de contrabando a México, al tiempo que se sigue controlando la migración, la cual ha disminuido drásticamente.

La novedad es la creación de un “grupo de implementación de alto nivel” que sería el mecanismo para esa colaboración continua.

“Esto es un grupo de alto nivel que se reunirá y coordinará de forma regular para asegurarse de que todas las cosas en las que estamos trabajando, todas las cosas en las que hemos acordado trabajar, estén sucediendo, se estén implementando”, afirmó Rubio.

“Es la cooperación más estrecha que hemos tenido, tal vez con cualquier país, pero definitivamente entre Estados Unidos y México”, agregó el funcionario.

Por su parte, el canciller mexicano Juan Ramón de la Fuente indicó que “Es fundamental mostrar a la sociedad estadounidense, a la sociedad mexicana, que sí se pueden construir modelos de cooperación, de colaboración que funcionan, que dan resultados”.

La declaración se dio tras la reunión que Rubio sostuvo con la presidenta mexicana Claudia Sheinbaum para destacar la importancia que Estados Unidos concede a la cooperación con Washington en materia de seguridad, comercio y migración.

Rubio visitará Ecuador el jueves en su tercer viaje a América Latina desde que asumió el cargo. Sheinbaum ha expresado su preocupación sobre una posible intromisión de Estados Unidos en la soberanía mexicana.

Diplomacia de las cañoneras

La reunión se celebró un día después de que el presidente Donald Trump intensificó drásticamente el papel militar de su gobierno en el Caribe con lo que denominó como un ataque mortal contra un cártel venezolano del narcotráfico.

Trump ha alienado a muchos en la región con persistentes demandas y amenazas de aranceles generalizados y sanciones por negarse a obedecer sus instrucciones, particularmente en cuestiones migratorias y la lucha contra el narcotráfico.

Es probable que dichas preocupaciones se intensifiquen con la expansión de la presencia militar de Estados Unidos en el Caribe y en otros lugares fuera de América Latina, culminando en lo que la Casa Blanca calificó como un ataque letal sobre una presunta embarcación de la banda Tren de Aragua que, según funcionarios estadounidenses, transportaba narcóticos.

Rubio defendió nuevamente el ataque sin entrar detalles, incluyendo si a las personas que viajaban a bordo de la embarcación se les lanzó una advertencia antes del ataque. Trump dijo que los 11 pasajeros murieron.

“El presidente, bajo su autoridad como comandante en jefe, tiene derecho en circunstancias exigentes a eliminar amenazas inminentes a Estados Unidos”, declaró Rubio.

De la Fuente, por su parte enfatizó la preferencia de su país por la “no intervención y la solución pacífica de controversias”.

Estados Unidos tiene un complicado legado de interferencia en los asuntos de Latinoamérica y las intervenciones militares —particularmente durante la Guerra Fría— jugaron un enorme papel en la desestabilización de gobiernos que abrió las puertas para golpes de Estado en Guatemala y Chile.

En los últimos años, Estados Unidos ha implementado un enfoque más sutil, proporcionando asistencia extranjera a muchos países, incluyendo la capacitación de fuerzas de seguridad, pero sin realizar ataques directos como el del martes.

Sheinbaum defiende la soberanía

Trump ha exigido, y hasta ahora ha obtenido, algunas concesiones del gobierno de Sheinbaum, que está ansioso por desactivar sus amenazas arancelarias, aunque ella ha defendido ferozmente la soberanía de México.

La presidenta también rechazó nuevamente la insinuación de Trump de que tiene miedo de confrontar a los cárteles de México porque tienen demasiado poder.

“Respetamos mucho la relación México-Estados Unidos, al presidente Trump y pues no, no es verdad esta afirmación que hace”, sostuvo.

En el Informe Presidencial que marcó su primer año en el cargo, Sheinbaum declaró que: “El pueblo de México, bajo ninguna circunstancia, aceptará intervenciones, intromisiones o cualquier otro acto desde el extranjero que sea lesivo a la integridad, independencia y soberanía de la nación”.

Sheinbaum ha perseguido a los cárteles de drogas mexicanos y su producción de fentanilo más agresivamente que su predecesor.

El gobierno ha enviado a la Guardia Nacional a la frontera norte y ha entregado a Estados Unidos a 55 figuras del narcotráfico que eran buscadas por las autoridades estadounidenses.

En un comunicado emitido después de la reunión, el Departamento de Estado elogió lo que dijo fue una reafirmación de la ya robusta cooperación en materia de seguridad en una región que actualmente está preocupada por la perspectiva de una mayor intervención militar de Estados Unidos.

Destacó que Rubio agradeció a Sheinbaum por ayudar a reforzar la frontera entre ambas naciones.

El comunicado de Estados Unidos sólo hizo una breve mención de un tema que causa fricción entre las dos naciones: la amenaza de Trump de imponer aranceles significativos a las importaciones mexicanas.

La palabra “arancel” apareció solo una vez en el comunicado y luego en el contexto de Rubio enfatizando a Sheinbaum “la importancia de resolver barreras comerciales y no comerciales para promover la prosperidad de ambas naciones”.