De acuerdo con un familiar, el victimario estuvo preso cinco años por violación sexual

Daniel Moisés Rodríguez, de 30 años, quien salió de prisión hace cinco meses por un caso de presunta violación, mató este domingo a su madre y a su hermano con dos barras de hierro dentro de la vivienda familiar, en el sector San Felipe de Villa Mella.

La progenitora, Anatalia Rodríguez, de 60 años, era reconocida entre sus familiares y vecinos por su fe inquebrantable, su carácter conciliador y su costumbre de aconsejar a quienes la rodeaban. Su hijo, Pedro Cordero Rodríguez, era técnico en refrigeración, sereno y miembro activo de la iglesia.

Para sus familiares, la tragedia es incomprensible. Según narró Marcos Núñez, sobrino y primo de las víctimas, la noche antes del crimen Pedro había regresado del culto, como cada domingo, sin imaginar que su vida se esfumaría a manos de un rostro conocido.

“Él llegó del culto como a las 11 y se acostó, como cualquier día”, contó Núñez, aún sin encontrar palabras para describir lo ocurrido.

El agresor llegó “consciente y calmado” al destacamento

Tras cometer el hecho, Moisés se dirigió por su cuenta al destacamento del sector. De acuerdo con el relato del sargento de guardia, compartido a los familiares, el joven se encontraba consciente, tranquilo y en pleno dominio de sus palabras, incluso afirmando que él mismo había llamado al 9-1-1 para pedir asistencia.

“El sargento dijo que él llegó en sus cabales…, que estaba normal, que mató a su madre y hermano, y comenzó a quitarse los cordones”, explicó Núñez.

Cuando los agentes acudieron a la residencia, encontraron los cuerpos tirados en el piso del pequeño lecho familiar. Junto a ellos, las dos barras de hierro que, según fuentes de Investigación, están ya en manos de las autoridades.

En el lugar donde dormía Moisés, también se hallaron tres cigarros de marihuana que, según familiares, apunta a que podría haber estado fumando horas antes. “Se decía que él consumía estupefacientes”, comentó.

El dolor en la familia es profundo no solo por la pérdida, sino porque este hecho rompe por completo la historia de un hogar caracterizado por la fe y la tranquilidad. “Nunca… nunca en mi familia se había visto algo así”, repite Marcos. “Ningún hecho punible, nada…; jamás algo como esto”.

Sobre Moisés, explicó que desde que salió de prisión vivía en un cuarto aparte dentro de la misma casa, bajo supervisión de su madre, quien dice lo ayudó en búsqueda de que pudiera reintegrarse a la sociedad tras su condena de cinco años.

Fuente Diario Libre