POR DÁNICA COTO

SAN JUAN, Puerto Rico (AP) — La mayor parte de Haití celebraba el martes el aniversario de una histórica batalla que ayudó al país a convertirse en la primera república negra del mundo, pero un pueblo que fue clave en ese conflicto se ocupaba ahora de luchar por su vida.

Los residentes de la antes pacífica ciudad costera de Arcahaie, el lugar de nacimiento de la bandera de Haití, se unieron a la policía el martes para repeler a bandas fuertemente armadas que intentaban tomar el control de su comunidad.

“Los estamos conteniendo por el momento”, afirmó el alcalde Jean Edner Gilles en entrevista telefónica con The Associated Press.

Un policía murió de un disparo en la cabeza durante el ataque, que comenzó el lunes y continúa hasta el momento; la Policía Nacional de Haití culpa de la agresión a las que denominó “bandas terroristas”.

Gilles dijo que muchas personas han resultado heridas, pero no pudo proporcionar una cifra porque la policía aún no había compilado un informe.

“Mi mensaje para mis hermanos y hermanas de la comunidad es que permanezcan alerta como verdaderos luchadores, y en cuanto a las bandas, sus días están contados si quieren seguir penetrando en nuestra comunidad”, expresó.

Este es el más reciente ataque en una región situada al norte de la capital de Haití donde las bandas expanden su poder mientras un departamento de policía con poco personal y recursos lucha por contraatacar.

En septiembre, las bandas mataron al menos a 42 personas en Labodrie, justo al sur de Arcahaie. Entre las víctimas estaba un niño de cuatro años y su familia.

En total, más de 1.240 personas han sido asesinadas y otras 710 heridas en todo Haití de julio a septiembre, mientras los grupos delictivos siguen enfrentándose con la policía y grupos de autodefensa, según un informe de la ONU publicado la semana pasada.

Casi el 20% de esos incidentes ocurrieron en el departamento central de Artibonite, donde las bandas están ganando terreno.

“La situación sigue siendo extremadamente volátil”, se indica en el informe.

Una misión respaldada por la ONU y encabezada por la policía keniana trata de ayudar a las autoridades haitianas a sofocar la violencia de las pandillas, pero carece de la financiación y el personal suficientes.

A finales de septiembre, el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó la creación de una fuerza de supresión de bandas que tendría el poder de arrestar a presuntos miembros de esos grupos, pero aún no ha sido desplegada.

En un discurso pronunciado el martes para celebrar el 222do aniversario de la Batalla de Vertières, Laurent Saint-Cyr, líder del consejo presidencial de transición de Haití, condenó a quienes saquean y hacen arder al país.

“Es un momento para que nos tomemos un poco de tiempo para mirarnos en el espejo y comprometernos claramente a honrar la gran cadena de sacrificios que nuestros antepasados hicieron por nosotros”, manifestó mientras prometía priorizar la seguridad y la estabilidad del país.

La celebración de la batalla histórica se produce un día después de que la vida en Puerto Príncipe se detuviera tras una advertencia de una poderosa coalición de bandas, conocida como Viv Ansanm, en la que se pedía a la gente que no saliera a las calles de la capital de Haití para que el grupo pudiera luchar contra la policía.

No se reportaron ataques importantes de bandas; en cambio, la policía haitiana realizó ofensivas en ciertas áreas controladas por bandas en Puerto Príncipe: “Bastiones criminales destruidos, bandidos neutralizados. Sin bajas policiales. La lucha por la seguridad continúa”.