
La ministra de Interior y Policía, Faride Raful, informó que el país aumenta su capacidad operativa pasando de 19,000 agentes en las calles a casi 25,000, integrando la promoción más grande de nuevos policías, hombres y mujeres preparados para prevenir, disuadir, vigilar y proteger, durante las festividades de Navidad, Año Nuevo y los Santos Reyes.
Raful, explicó que esta ampliación forma parte de un cambio profundo en la estrategia de seguridad, donde ya no se espera que ocurra un delito para actuar, sino que se utilizan sistemas de inteligencia territorial que permiten concentrar los recursos antes de que aparezca el riesgo. “Eso es prevención real, no retórica”, afirmó.

La funcionaria, destacó que este avance se suma a los resultados obtenidos en 2024, cuando el país alcanzó una tasa de 9.58 homicidios por cada 100,000 habitantes, la más baja en casi una década.
Indicó que detrás de esa cifra existe un trabajo deliberado desde el gobierno, pero también miles de decisiones correctas tomadas por comunidades y familias que confiaron en el proceso.
Señaló que en este año han rectificado acciones, mejorado sus procedimientos y utilizado los indicadores del mapa de calor para responder con mayor precisión a las necesidades del territorio.
La ministra enfatizó que estos logros no son producto de la casualidad, sino del trabajo sostenido de la Fuerza de Tarea Conjunta, donde la Policía Nacional, las Fuerzas Armadas y el Ministerio Público operan como un solo cuerpo.

Recordó que se han celebrado más de 100 reuniones de seguimiento al Plan de Seguridad Ciudadana, encabezadas semana tras semana por el presidente Luis Abinader y que gracias a esa constancia, la tasa de homicidios se ha reducido en un 32% en los últimos tres años y 28 provincias presentan cifras de homicidios de un solo dígito, un hecho sin precedentes en la historia reciente del país.
La ministra Raful llamó a la corresponsabilidad ciudadana, recordando que la seguridad no depende solo del Estado y señaló que el país puede poner todos los uniformes en las calles, pero si cada persona no asume su rol, el esfuerzo se queda corto: el comerciante que excede el horario permitido, el conductor que maneja bajo los efectos del alcohol o el vecino que irrespeta la tranquilidad de los demás afectan la convivencia.

“La paz no se decreta, se construye entre todos, decisión por decisión” y concluyó deseando que estas fiestas encuentren al país unido y que en enero las familias puedan decir: “Lo logramos juntos”.

