
POR CHRIS MEGERIAN, DÁNICA COTO and ASTRID SUÁREZ
PALM BEACH, Florida, EE.UU. (AP) — El presidente Donald Trump afirmó que Estados Unidos reducirá el envío de ayuda a Colombia y aplicará aranceles a sus exportaciones debido a que el mandatario colombiano, Gustavo Petro, “no hace nada para detener” la producción de drogas, intensificando la fricción entre Washington y uno de sus aliados más cercanos en América Latina.
En una publicación en redes sociales, Trump se refirió a Petro como un “capo de las drogas” que tiene “bajos índices de aprobación y es muy impopular”.
Advirtió que “más le vale” a Petro frenar operaciones del narcotráfico “o Estados Unidos las cerrará por él, y no lo hará de manera amable”.
Horas más tarde declaró a los periodistas a bordo del Air Force One que Colombia “no tiene una lucha contra las drogas” y que “son una máquina de fabricación de drogas” con “un lunático” como presidente. Añadió que anunciaría nuevos aranceles el lunes.
El secretario de Defensa, Pete Hegseth, anunció el domingo otro ataque estadounidense contra un buque que supuestamente transportaba “cantidades sustanciales de narcóticos”.
Hegseth declaró que el buque estaba relacionado con un grupo rebelde colombiano —el Ejército de Liberación Nacional, o ELN— que ha estado en conflicto con el gobierno de Petro.
No proporcionó ninguna evidencia para sus afirmaciones, pero compartió un breve video de una embarcación envuelta en llamas tras una explosión el viernes.
Petro, quien puede ser tan expresivo en redes sociales como su homólogo estadounidense, rechazó las acusaciones de Trump y defendió su trabajo para combatir el narcotráfico en Colombia, el mayor exportador mundial de cocaína.
“Tratar de impulsar la paz de Colombia no es ser narcotraficante”, escribió Petro. Insinuó que Trump estaba siendo engañado por sus asesores y dijo que Trump estaba siendo “grosero e ignorante con Colombia”.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia describió la declaración de Trump como “una amenaza directa a la soberanía nacional al plantear una intervención ilegal en territorio colombiano”.
En Colombia, el ministro de Defensa Pedro Sánchez defendió a Petro, diciendo: “Puedo dar total fe de todo el empeño que tiene él para neutralizar el narcotráfico”
“Si hay un país que haya empleado todas sus capacidades y también haya perdido hombres y mujeres combatiendo el narcotráfico… es Colombia”, agregó Sánchez a la prensa.
La última arremetida de Trump contra Petro plantea la posibilidad de un conflicto en expansión en América Latina, donde Estados Unidos ya ha aumentado la presión sobre la vecina Venezuela y su líder, Nicolás Maduro.
Buques navales estadounidenses, aviones de combate y drones están desplegados en la región para lo que la administración ha descrito como un “conflicto armado” con los carteles de drogas. Trump también autorizó operaciones encubiertas dentro de Venezuela.
A diferencia de Venezuela, Colombia es un aliado de larga data de Estados Unidos y el principal receptor de asistencia estadounidense en la región.
Pero el cultivo de coca alcanzó un máximo histórico el año pasado, según las Naciones Unidas, y ha habido nueva violencia en áreas rurales donde el gobierno pasó años combatiendo a los insurgentes antes de llegar a un acuerdo de paz hace una década.
En septiembre, la administración Trump acusó a Colombia de no cooperar en la guerra contra las drogas, aunque en ese momento Washington emitió una exención de sanciones que habría desencadenado recortes de ayuda.
Colombia recibió un estimado de 230 millones de dólares en el año fiscal estadounidense que terminó el 30 de septiembre, una caída respecto a años recientes que superaron los 700 millones, según cifras oficiales.
Petro, el primer presidente de izquierda de Colombia, ha discutido repetidamente con Trump este año. Petro inicialmente rechazó los vuelos militares estadounidenses de migrantes deportados, lo que llevó a Trump a amenazar con aranceles.
El Departamento de Estado dijo que revocaría la visa de Petro cuando asistiera a la Asamblea General de la ONU en Nueva York porque dijo a los soldados estadounidenses que desobedecieran las órdenes de Trump.
Petro y Trump también han estado en desacuerdo sobre los ataques estadounidenses a barcos en el Caribe.
El domingo, Petro acusó al gobierno norteamericano de asesinato, señalando un ataque del 16 de septiembre que, según él, mató a un colombiano llamado Alejandro Carranza.
Petro dijo que Carranza era un pescador sin vínculos con el narcotráfico y que su barco estaba averiado cuando fue atacado.
“EEUU ha invadido el territorio nacional, con un misil disparado para matar a un pescador humilde, ha destruido su familia, sus hijos. Está es la Patria de Bolívar y están asesinando con bombas a sus hijos”, escribió.
Dijo que pidió a la fiscalía general de su país que inicie procedimientos legales a nivel internacional y en los tribunales de Estados Unidos.
La Casa Blanca y el Pentágono no respondieron de inmediato a las solicitudes de comentarios sobre las acusaciones de Petro.
A pesar de las críticas de Petro, su gobierno planea procesar al sobreviviente colombiano de un ataque estadounidense más reciente a un sumergible que supuestamente transportaba drogas.
Otro sobreviviente fue repatriado a Ecuador, donde el Ministerio del Interior dijo que no enfrentaría cargos después de que los fiscales se reunieron con él y determinaron que no había cometido ningún delito dentro de las fronteras del país.
El ELN, que según Hegseth era el objetivo del ataque del viernes, ha negado durante mucho tiempo cualquier papel en el narcotráfico y se ofreció a someterse al escrutinio de una comisión internacional. No respondió al anuncio de Hegseth.
Las autoridades colombianas informan regularmente sobre el desmantelamiento de laboratorios de cocaína y la incautación de drogas que se cree pertenecen a los guerrilleros.
Ha habido siete ataques estadounidenses en la región desde principios de septiembre que la administración dice están dirigidos a presuntos narcotraficantes. Al menos 32 personas han muerto.
Trump indicó el domingo que Petro tenía “una boca atrevida hacia Estados Unidos”. Se quejó de que el contrabando de drogas continúa “a pesar de los pagos y subsidios a gran escala que no son más que un robo a largo plazo”.
“A partir de hoy, ya no se le harán a Colombia estos pagos, o cualquier otra forma de pago, o subsidios”, agregó.
Elizabeth Dickinson, analista senior para la región de los Andes en el International Crisis Group, dijo que “es desconcertante y profundamente imprudente que Estados Unidos aleje a su socio militar más fuerte en América Latina en un momento en que la tensión entre Washington y Venezuela está en su punto más alto en años recientes”.
Declaró que Washington y Bogotá han tratado durante mucho tiempo su relación como fundamental, pero “esa sabiduría está siendo tirada por la ventana, con efectos realmente catastróficos”.
Colombia perdió una financiación significativa de Estados Unidos cuando Trump recortó la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional a principios de este año. Más recortes podrían afectar la cooperación militar y socavar los esfuerzos para combatir a los grupos rebeldes.
“Si eso se corta, veremos una pérdida estratégica de capacidad para el ejército y la policía colombianos precisamente en el momento en que enfrentan la mayor crisis de seguridad en Colombia en más de una década”, explicó Dickinson.