JOHANNESBURGO (AP) — Las autoridades sudafricanas recibieron fuertes críticas el viernes después de retener a más de 150 palestinos, incluyendo una mujer embarazada de nueve meses, en un avión durante alrededor de 12 horas debido a complicaciones con sus documentos de viaje.

Un religioso que fue autorizado a reunirse con los pasajeros mientras aún estaban en el avión dijo que hacía mucho calor y que los niños gritaban y lloraban.

Los palestinos aterrizaron en el Aeropuerto Internacional O.R. Tambo de Johannesburgo el jueves por la mañana a bordo de un vuelo chárter después de una escala en Nairobi, Kenia, informó la Autoridad de Gestión Fronteriza de Sudáfrica en un comunicado.

Los pasajeros palestinos no tenían sellos de salida de las autoridades israelíes, no indicaron cuánto tiempo permanecerían en Sudáfrica y no habían facilitado una dirección en el país, lo que llevó a las autoridades de inmigración a negarles la entrada, explicó la entrada.

Los 153 pasajeros —entre los que había familias y niños— pudieron salir del avión el jueves por la noche después de la intervención del Ministerio del Interior de Sudáfrica y de que una organización no gubernamental local, Gift of the Givers, se ofreciera a alojarlos.

La Autoridad de Gestión Fronteriza dijo que 23 de los pasajeros viajaron a otros países y 130 se quedaron en Sudáfrica.

El fundador de Gift of the Givers, Imtiaz Sooliman, indicó que este era el segundo vuelo con palestinos que aterrizaba en Sudáfrica en las últimas dos semanas y que los propios pasajeros no sabían a dónde iban.

Se cree que ambos aviones trasladaban a personas procedentes de la Franja de Gaza, devastada por la guerra, añadió.

Por el momento no estaba claro quién había organizado el vuelo chárter.

Un pastor sudafricano que tuvo acceso al avión mientras estaba en la pista dijo a la cadena nacional SABC que muchos de los palestinos tenían intención de solicitar asilo en Sudáfrica.

Sudáfrica ha sido durante mucho tiempo un defensor de la causa palestina y el trato a los viajeros ha provocado indignación.

“Es grave”, dijo Nigel Branken, el pastor, en una entrevista con SABC el jueves desde el avión mientras describía las condiciones. “Cuando subí al avión hacía un calor insoportable. Había muchos niños sudando, gritando y llorando”.

“No creo que esto sea lo que representa Sudáfrica. Sudáfrica debería, como mínimo, permitir que estas personas entren al aeropuerto y que soliciten asilo. Este es su derecho fundamental básico garantizado en nuestra Constitución.”