El presidente de la Unión Demócrata Cristiana -UDC-; Luis Acosta Moreta, Luis “El Gallo” consideró hoy como una encerrona, un caramelo envenenado, la propuesta de la Organización de Estados Americanos (OEA), para que se solucione la litis del Masacre mediante el diálogo.
Afirmó que se debe atender el llamado al diálogo, como siempre lo ha hecho el presidente Luis Abinader, pero la OEA quiere desconocer los origenes del conflicto por la construcción de un canal en el río Masacre.
En ningún lado la OEA destaca que los haitianos violaron tratados internacionales al comenzar a represar el río Masacre, para construir un canal que pone en peligro el ecosistema nacional.
El secretario general de la OEA, Luis Almagro, quiere lucir como mediador, pero deja ver un tufillo de simpatías por la posición haitiana, porque nunca habla en su comunicado de que la República Dominicana es la más perjudicada con esa construcción que viola el derecho internacional.
El organismo continental tiene todo el derecho a ofrecerse como mediador en este conflicto, y de hecho se le da la bienvenida de que quiera participar en un futuro arbitraje, pero cuidado con sus verdaderax intenciones.
Llama la atención que sea ahora cuando la OEA se interesa por este caso, cuando ya prácticamente están concluidos los trabajos de construcción del canal y el primer ministro haitiano proclama que nada ni nadie va a detener esa construcción.
Se preguntó por qué la OEA no envíó a una comisión a investigar este hecho, antes de estar fijando una posición que luce parcializada y que quiere asestar un golpe de sorpresa a las demandas dominicanas.
Luis “El Gallo” significó que los dominicanos hemos tenido momentos amargos y dolorosos apañados por la OEA, como fue su justificación de la intervención militar norteamericana de 1965, y tratar de dar ropaje legal a una inexistente Fuerza Interamericana de Paz.
La OEA apañó a las dictaduras militares de toda América Latina, justificando la barbarie y el crimen, sirviendo de sombrilla a los Estados Unidos que respaldaron a los que políticamente se les llamó “los gorilas”.
Significó que ahora hay gobiernos liberales y democráticos en el continente, por lo que es de tener esperanzas en que la OEA logre mejorar su imagen pública y se preocupe más por los pueblos del continente.