El presidente de la Unión Demócrata Cristiana -UDC-, Luis Acosta Moreta, Luis “El Gallo”, alertó hoy a los dominicanos de que hay golpes bajos y zancadillas de las grandes potencias, que dan la espalda al país en la litis del Masacre.
Afirmó que Estados Unidos, Francia y Canadá están acordes sobre que Haití sea intervenido por militares kenianos, pero guardan total silencio en la construcción de un dique en el lado haitiano del río Masacre.
Ratificó que el gobierno dominicano no puede ir al diálogo ni abrir la frontera, mientras los haitianos persisten en construir el dique en el río Masacre.
Acusó a los norteamericanos, franceses y canadienses de pecar de hipócritas cuando esconden la cara ante las justas demandas de los dominicanos, y quieren mostrar dinamismo pidiendo una intervención militar que es imposible dirigida por las Naciones Unidas.
Lamentó que ese sea el mismo camino de la ONU y de la Organización de Estados Americanos, que pìden haya diálogo entre Haití y República Dominicana.
Pero ocultan su opinión en torno a la violación al derecho internacional en que ha incurrido Haití, al represar el río Masacre, poniendo en peligro la ganadería y la agricultura dominicana de la zona fronteriza.
Añadió que desde hace años hay organismos de la ONU que están parcializados con la migración ilegal haitiana, y destacó al Alto Comisionado Para las Migraciones y Refugiados, el ACNUR, y también el Alto Comisionado para los Derechos Humanos.
Afirmó que inclusive la ONU tuvo que sacar del país al representante del ACNUR, Álvaro Vargas Llosa, por ser repudiado por el pueblo dominicano, por ser partidario de la migración ilegal y de establecer campamentos de refugiados en el país.
La UDC encabezó marchas y piquetes en Santo Domingo en repudio de Vargas Llosa, hasta que fue sacado del país, por llevar a cabo una política injerencista inaceptable.
Luis “El Gallo” enfatizó que los problemas actuales de los haitianos fueron crados por las Naciones Unidas, cuando formó una fuerza militar de Cascos Azules que invadió ese país, y desmanteló a la policía, la guardia y los organismos de seguridad.
Enfatizó que la mayor parte de los grupos pandilleros de hoy están integrados por exmilitares, incluyendo al tristemente célebre Barbicue, que fue un comandante policial de alta graduación.