SANTO DOMINGO.- La República Dominicana reabrió este miércoles el comercio con Haití, suspendido desde hace casi un mes, pero el vecino país decidió mantener su puerta cerrada, imposibilitado la entrada a territorio dominicano de sus ciudadanos.
El pasado 15 de septiembre el Gobierno dominicano cerró por completo la frontera con Haití en represalia a la construcción de un canal que busca desviar el agua del río fronterizo Masacre a territorio haitiano.
Casi un mes después, el Ejecutivo dominicano decidió reabrir este miércoles al comercio, aunque limitado, a través de lo que bautizó como «corredores comerciales», bajo fuertes controles de seguridad.
Al abrir el portón por la provincia dominicana de Dajabón, apertura que se hizo con retraso debido a un incendio, ya controlado, en el mercado, las autoridades dominicanas observaron que Haití decidió mantener su portón cerrado, afectando así a la reapertura del comercio.
Del lado haitiano «la puerta está cerrada», dijo Santiago Riverón, alcalde de Dajabón, el punto fronterizo de mayor actividad comercial entre ambos países.
«Se iba a dejar entrar (a los haitianos) pero no han venido», precisó el funcionario.
Horas antes, Lumax Demetrius, alcalde de Juana Méndez, fronteriza con Dajabón, ya había advertido de que mantendrán cerrado el portón fronterizo y pidió a sus compatriotas no cruzar al lado dominicano.
El gobierno dominicano anunció el lunes que los llamados corredores comerciales funcionarán con «estrictas medidas de control militar y registro biométrico obligatorio» en las provincias de Dajabón, Elías Piña, Independencia y Pedernales, limítrofes con Haití, con el objetivo de «facilitar el comercio de productos esenciales dominicanos como alimentos y medicinas», y con la vista puesta especialmente en los niños.
El propio presidente dominicano, Luis Abinader, dijo que el comercio iba a poder entrar a partir de hoy, aunque limitado, por lo que quedan excluidos determinados artículos.
Así, no se permitirá la exportación de productos electrónicos, cemento, varillas y otros materiales de construcción para «evitar que se construyan estructuras que amenacen nuestros activos medioambientales», precisó el gabinete dominicano, en alusión a obras como las del canal en la orilla haitiana del Masacre, como se llama en Haití a ese río, denominado Dajabón en República Dominicana.