Rusia maniobra con cautela sobre la guerra entre Israel y Hamas

POR LA PRENSA ASOCIADA

Rusia ha emitido críticas cuidadosamente calibradas a ambos bandos en la guerra entre Israel y Hamás. Pero el conflicto también está brindando a Moscú nuevas y audaces oportunidades: avanzar en su papel como intermediario de poder global y desafiar los esfuerzos occidentales por aislarlo en Ucrania.

Si bien Moscú carece de influencia para mediar en un acuerdo en Medio Oriente, podría intentar aprovechar algunos problemas de credibilidad percibidos en la respuesta de Occidente a la crisis.

También espera que la guerra entre Israel y Hamas distraiga la atención de los combates en Ucrania y erosione el apoyo a Kiev.

Sin embargo, existen riesgos para Moscú. Podría dañar su relación con Israel, que hasta ahora le ha impedido enviar armas a Ucrania.

El presidente ruso, Vladimir Putin, condenó el ataque del 7 de octubre perpetrado por militantes de Hamas contra ciudades del sur de Israel.

Al mismo tiempo, advirtió a Israel contra el bloqueo de la Franja de Gaza, comparándolo con el asedio de Leningrado por parte de la Alemania nazi durante la Segunda Guerra Mundial.

Ha calificado la guerra como un fracaso de la diplomacia estadounidense, acusando a Washington de haber optado por “donaciones” económicas a los palestinos y abandonado los esfuerzos por ayudar a crear un Estado palestino.

Putin declaró a principios de este mes que Moscú podría desempeñar el papel de mediador, gracias a sus vínculos amistosos tanto con Israel como con los palestinos, y agregó que “nadie podría sospechar que estamos jugando con un partido”.

A pesar de esa afirmación de imparcialidad, una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que Rusia presentó la semana pasada condenando la violencia contra civiles no menciona a Hamás. Fue rechazado por el consejo.

China fue uno de los pocos países que respaldaron el borrador ruso, lo que refleja una postura compartida por Moscú y Beijing.

Los enviados de China y Rusia para Medio Oriente se reunieron la semana pasada para discutir el trabajo conjunto para ayudar a enfriar la situación, destacando su adhesión a una solución de dos Estados para Israel y los palestinos.

Mientras que el presidente estadounidense Joe Biden, el primer ministro británico Rishi Sunak y otros líderes occidentales visitaron Israel para mostrar su apoyo, Putin esperó nueve días antes de llamar al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, a pesar de que previamente habían desarrollado cálidos vínculos personales.

Putin también discutió la guerra en llamadas con los líderes de Egipto, Irán, Irak, Siria y el jefe de la Autoridad Palestina.

Putin ofreció a Netanyahu sus condolencias a las familias de los israelíes asesinados por Hamás y enfatizó “su enérgico rechazo y condena de cualquier acción que victimice a la población civil, incluidas mujeres y niños”, según una lectura del Kremlin de la llamada.

También enfatizó la necesidad de una “solución pacífica a través de medios políticos y diplomáticos”, añadió. La oficina de Netanyahu dijo que éste le dijo a Putin que Israel no se detendría hasta eliminar a Hamás.

A diferencia de Putin, que equilibró cuidadosamente sus declaraciones, otros funcionarios rusos fueron más directos en sus críticas a los ataques israelíes contra Gaza.

Konstantin Kosachev, vicepresidente de la cámara alta del parlamento ruso, dijo que si bien Hamás desató la guerra, la respuesta de Israel fue “desproporcionada” e “inhumana”.

Las maniobras del Kremlin pueden reflejar la política interna, ya que los musulmanes constituyen alrededor del 15% de su población.

El líder de Chechenia, respaldado por Moscú, Ramzan Kadyrov, habló enérgicamente en apoyo de los palestinos y atacó a Israel por capturar sus tierras y establecer bloqueos.

La postura de Moscú obtuvo rápidamente elogios de Hamas, que dijo que aprecia el llamado de Rusia a un alto el fuego.

Las declaraciones de Rusia también funcionan bien en el mundo árabe, donde muchos han acusado a Estados Unidos y sus aliados de apoyar abiertamente a Israel mientras hacen la vista gorda ante el creciente número de muertes de civiles en Gaza.

Pero esta posición también amenaza los lazos amistosos de Rusia con Israel, que no se ha sumado a las sanciones occidentales contra Moscú ni ha entregado armas a Ucrania.

“Existe una amenaza real de exacerbación de nuestros vínculos con Israel en la situación actual”, dijo Andrei Kortunov, director académico del Consejo Ruso de Asuntos Internacionales.

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