El Cairo. El comisionado general de la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA), Philippe Lazzarini, denunció que el acceso con cuentagotas de la ayuda humanitaria a la Franja de Gaza se está utilizando como “arma de guerra” contra la población, que no dispone de los recursos mínimos para sobrevivir.
El agua, los alimentos, las medicinas y el combustible se utilizan como armas de guerra”, dijo Lazzarini en una conferencia virtual, en la que lamentó que el acceso de la ayuda humanitaria dependa de “negociaciones políticas” que están obstruyendo el proceso de entrada de la asistencia.
En este sentido, denunció que el flujo de ayuda que ingresa a Gaza “es muy poco para abordar las inmensas necesidades de los habitantes” y recordó que el número de camiones que entraron al enclave en el último mes equivale aproximadamente a la cifra que lo hicieron a la Franja en dos días antes del estallido de la guerra.
“El combustible permitido por las autoridades israelíes solo cubre la mitad de las necesidades críticas diarias, lo que compromete toda nuestra operación de ayuda y pone en peligro la supervivencia de los civiles”, lamentó Lazzarini.
Insistió en que su organización sigue “abogando en vano” por la apertura de cruces adiciones a Gaza, como el de Kerem Shalom, puesto que la ayuda hasta el momento solo ha accedido a través del paso de Rafah, el único no controlado por Israel y que conecta la Franja con Egipto. “El asedio es un castigo colectivo. Condicionar la asistencia humanitaria es también un castigo colectivo”, afirmó.
Lazzarini recordó que más de dos tercios de los más de 13.000 muertos en Gaza son mujeres y niños, al tiempo que indicó que la UNRWA ha confirmado el fallecimiento de 108 de sus trabajadores en el enclave.
Además, 67 instalaciones de la agencia de la ONU han sido alcanzadas por los bombardeos israelíes, 17 de ellas directamente, pese a que la mayoría se encontraban en el centro y el sur de Gaza, zonas a las que Israel pidió a la población se trasladara ante su campaña terrestre en el norte. El asedio y el bombardeo incesante contra la Franja ha dejado alrededor de 1,7 millones de desplazados, casi el 80 % de la población, de los cuales más de 900.000 se refugian en instalaciones de la UNRWA.